Una manera de saborear la Patagonia :: EL REGIONAL

POR MOIRA TAYLOR
FOTOS JUAN CRUZ GUTIÉRREZ

Sorprende al paladar con sabores y combinaciones nuevas. Permite encontrar el espacio perfecto entre sus muchas opciones. Sugiere compartir una gastronomía con identidad. En ese juego de pasiones nace El Regional de San Martín de los Andes, una marca registrada que crece y ofrece cada vez más opciones a sus visitantes, siempre con la misma excelencia. Alfredo Bernhardt, propietario y artífice de cada plato y detalle, cuenta de qué se trata.

La historia propone un relato donde encontraremos muchos rincones sabrosos, muchos nuevos desafíos y el hilo conductor de una personalidad detallista y “laburante” como pocas, la de Alfredo Bernhardt, el dueño de una “red gastronómica” en San Martín de los Andes que marca tendencia: el histórico Regional en calle Villegas frente al supermercado, la parrilla Don Florencio (también sobre Villegas), un local de venta de productos regionales y por último, la vedette de las propuestas, el nuevo Regional, en una esquina recientemente inaugurada del pueblo. Una seguidilla de planteos interesantes que a través del tiempo han sabido responder a las necesidades del lugar y a una mirada inteligente e incansable de trabajo.

ALGO DE HISTORIA
Llegado a San Martín de los Andes con su familia en 1998, Bernhardt se declaraba, en aquel entonces, como un ignorante absoluto de la Patagonia, toda una ironía pensando en que tan sólo un par de años después comenzaría a levantar lo que hoy es un clásico Patagónico en San Martín de los Andes. Según cuenta, su mudanza al sur tuvo, como para tantos otros, el tinte de buscar “un cambio”. “Nosotros vivíamos en Buenos Aires en Vicente Lopez, casi Olivos. Me dedicaba al rubro textil, nada que ver con esto. Tuve muchos vaivenes económicos y en algún momento me fue muy mal y me terminé fundiendo. Y llego un momento en el que dije “qué hacemos”. Yo era el típico porteño, por decirlo de alguna manera: cada vez que me sobraba una plata para vacaciones, me iba a Brasil. Y mi señora que tuvo casa de chiquita en Bariloche me decía “Alfredo, vamos a la Patagonia”, a lo que yo contestaba: “Ni loco””, relata Alfredo entre risas. “Pero me insistió tanto que nos aparecimos por acá. Ella, lo primero que hizo, fue mostrarme Neuquén, que no era lo que buscaba; después Bariloche, linda, aunque muy grande para nuestro pequeño capital, luego Villa la Angostura que, al contrario, era muy pequeña. Y así, a la deriva patagónica, terminamos en San Martín de los Andes. Cuando llegue, le dije a Vero, mi señora: “Éste es el lugar, vamos a ver qué hacemos”. No teníamos plata, contábamos con un capital muy pequeño y una camioneta. Además, no entendíamos absolutamente nada: no sabía qué era una rosa mosqueta o un ciervo”, agrega Alfredo con ese carisma que caracteriza a quien se ha buscado siempre la vida.

QUIEN BUSCA ENCUENTRA
El Regional tiene es una historia que permite ver el carácter de su alma mater. Según nos dice, los primeros meses no fueron fáciles: las cuentas eran cortas y contundentes “Lo que se me ocurrió fue alquilar una cabañita (pagábamos 390 pesos por mes) y necesitábamos para comer 10 o 15 pesos por día. Comencé vendiendo ropa en cuotas por la calle, ropa de marca que traía de Buenos Aires. La verdad es que me iba bien. Pero la calle es dura y más en la Patagonia”, recuerda Bernhardt.En alguno de esos días de sol que lo tenían caminando por la ciudad, Alfredo se sorprendió con un cartel frente al supermercado Cumepen (casi el único en aquel entonces) que anunciaba: “Vendo fondo de comercio El Regional”. Mente curiosa y espíritu hacedor, ahí nomás se metió a mirar un poco más. “Me llamaron la atención los dulces y licores, ahumados y entré. Me atendió Víctor Barravequia, de quien soy muy amigo actualmente. Me dijo que se trataba de “una mina de oro” pero que a él ya no le interesaba más estar “encerrado” en un local. Hoy me rio, pero era todo un gran globo inflado: el local estaba fundido, no vendía una moneda y yo, con el negocio ya en mano, me quería matar. Pero bueno, seguí vendiendo ropa, me quedaba en el horario comercial vendiendo algunos productos y mi señora empezó a hacer empanadas de ciervo para llevar. Ese fue el comienzo de El Regional: con tres mesas chiquititas y pura actitud. Así pasaron casi dos años”.

EL REGIONAL VA TOMANDO FORMA
Llegó el 2001 y le ofrecen el local ubicado justo al lado. La propuesta significaba una ampliación cuando aún los números no cerraban. Pero, sin saber muy bien porqué, más por corazonada que por certeza, lo aceptó. Pasaron a tener 6 o 7 mesas y todo parecía ya más armadito. Ese fue el momento en el que ese pequeño bolichito “El Regional” comienza a tomar carácter propio y a trabajar cada vez un poquito más. Con la debacle del 2001 se abrió una puerta fundamental en el negocio. Los argentinos comenzaron a elegir el turismo interno y otros, como Alfredo, en algún pasado no muy lejano, se acercaron a conocer la Patagonia. “De golpe, explotó el local. Empecé a “meter” hasta 30 cubiertos, lo que era una locura. Éramos tres personas: mi señora, Silvia (una chica muy buena) y yo. Arrancamos laburando cada vez un poquito más. Arme un deck y después lo teché. Y empecé a ver un poquito mejor las cosas. Temporada tras temporada me iba mejor. A tal punto que en 2007-2008 siento que empiezo a ganar plata”, dice con orgullo. En ese momento surge la posibilidad de abrir un nuevo local: la parrilla “Don Florencio”, que se convertiría en realidad al poquito tiempo.

EL NUEVO REGIONAL
En el 2011 aparecieron por el restaurante Rafael Soto y Alejo Duarte y le ofrecieron la posibilidad de abrir otro lugar en una esquina importante del centro de San Martín de los Andes. No necesitaron mucho preámbulo: luego de que Alfredo viera el proyecto se dieron la mano y lo que era una idea, comenzó a tomar forma.La esquina es imperdible y el horario interminable. Arrancan a las 8 de la mañana con medialunas calentitas, muy buenos almuerzos ejecutivos, una repostería casera, de la mano de Candelaria, y un servicio de té que combina a la perfección con cada delicadeza de esta repostera estrella. Más tarde, pero no menos importante, el after esquí en invierno o playa en verano, que es una mezcla de té con tablas, cerveza, vino, café o chocolate. A la 20:30 ya invitan los primeros aromas de la cocina para deleitar al comensal con alguna cena imperdible. Y para no cansar a los del pueblo (para el turismo también, pero el pueblo es el invitado especial), de martes a sábado a partir de las 22:30 hay un show. Una atención de la casa para que además de cenar o tomarte algo cuando salís, tengas hago que acompañe tu velada. Todo el local tiene una connotación que combina la Patagonia y lo minimalista moderno. La planta baja está decorada con lámparas de ciervo dama y toda la parte de arriba con ciervo macho. Todo busca la armonía con un delicado equilibrio. Y hasta aquí ha llegado El Regional, recorriendo un largo camino, siempre prestando atención al detalle y al paladar de Alfredo Bernhardt. “Me gusta lo que hago. La gastronomía. Trabajar, hacer, crear. Lo disfruto y tengo una familia que me banca como soy. Nunca fui de otra manera. Laburo desde los 12 años. Yo le meto. Soy descendientes de alemanes e italianos, tengo una mezcla del perfeccionista y del laburador incansable. Estoy detrás de cada detalle. Y me jacto de poder enseñar a todos algo de lo que hago. Eso para mí es armar equipo”, dice con orgullo el dueño de casa. El nuevo Regional se construyó en base a interminables charlas y aportes mutuos. Alejo Duarte, constructor del edificio, fue trabajando mano a mano con Alfredo en la búsqueda de un estilo patagónico pero renovado, repleto de detalles de diseño y comodidad para el uso. La zona exterior generó un gran cambio en la arquitectura gastronómica, tiempo atrás impensable en San Martín de los Andes. El espacio interior tiene 300 metros cubiertos y con todo el exterior, otros 350 metros más, que en el verano se va a plasmar con 400 sillas, una promesa tentadora para pasar las tardecitas del verano con shows, música y teatro en el deck. El hecho de haber pensado todo previamente a la construcción hizo que el lugar se vuelva totalmente funcional, a la medida de de las necesidades.

TODO ORIGINAL, TODO BIEN DE SAN MARTÍN DE LOS ANDES
Cada receta, cada plato, cada ensalada, cada cosa que llega a la mesa, está probada por Alfredo. Es un poco el autor intelectual de cada uno de las delicias que se degustan en sus locales. “El libro gordo de Alfredo” nos deleita con combinaciones y productos de primerísimo nivel. Un libro para no saltear ningún capitulo. Repleto de recetas que van apareciendo en el camino y se van adaptando al paladar de este trabajador nato, el recetario del regional es una joya para cada estación. Alfredo nos cuenta que su carta cambia como cambia el tiempo. En verano encontraran algunos platos y sorprenderán con otros en primavera o invierno. Depende qué productos frescos encuentren en cada época, serán las propuestas que encuentren en la carta. Trabajar con todo fresco deriva en platos diferentes y propuestas que siempre sorprenden. ■

Recomendaciones para todo el día

• Temprano. A las 8 de la mañana comienza la carta con la cafetería y una especialidad imperdible: medialunas francesas con mucho almíbar. Cada bocado se mezcla con el mejor café; la maestría de Córdoba, un cafetero que le imprime su toque de experiencia a cada pedido, hace el resto.

• Cortar el día. Hay muchos “combos ejecutivos” con una amplia variedad de opciones Incluyen la bebida y, por ejemplo, salchichas alemanas con chucrut y papas crocantes al horno. También carne de ciervo rellena con guarnición. Pastas caseras. O tartas vegetarianas, entre otras delicias.

• Descanso para el destiempo. Una variedad de té en hebras, cafetería, licuados, cervezas y tragos, tanto que no alcanzan las horas para probarlo todo. Tortas y delicadeces dulces, picadas y sabores especiales para acompañar las últimas horas de luz y la previa a la cena.

• Atardeceres. Una tabla “El Regional”, que tiene carnes ahumadas, selección de quesos, frutos secos, colchón de verdes, frutos rojos, panes caseros y unas cazuelitas calentitas que acompañan y cierran una tabla abundante. En platos, la trucha es una vedette: al limón, a la pimienta, a la naranja con estragón y vino blanco puede ser una delicada elección. O podemos optar por las carnes rojas con un ciervo envuelto en panceta a la crema de morillas que es un lujo. Y para cerrar una noche de excesos, el rey de los postres: una especie de picada de postre, un festival helado de chocolate, un gran plato armado con bombón suizo, almendrado de chocolate, pionono de chocolate, bochitas de chocolate, baño de chocolate, frutos rojos, almendras y nueces. Una verdadera bomba abundante para compartir.

• De bebidas y placeres. Un lugar único y especial para disfrutar de cervezas tiradas, vinos de selección, licores y tragos y un ambiente pensado para asimilar el momento y pasarla increíble. Ofrece seis sabores de cerveza tirada de El Bolsón, cuatro sabores de Araucana, cerveza Stella Artois tirada o cervezas para celiacos. También hay cervezas industriales de excelente calidad como lLeffe o Beck´s. Si se trata de vinos, hay una selección de las mejores bodegas de Argentina con 400 etiquetas a disposición.

El Regional
• Av. San Martín y esq. Mascardi
Tel 02972 414600
• Villegas 965
Tel 02972 425326
elregional@smandes.com.ar

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