Sorprender es un arte :: BOKADO

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TEXTO MISKI PAGNUCCO

Combinar texturas y sabores es una de las normas básicas de la buena gastronomía, sumada a una presentación elegante. En la cocina de Daniela Rapp hay un cuarto agregado: su estilo inconfundible. “Los contrastes me encantan y los hago notar en cada plato que elaboro”, afirma.

En su “laboratorio”, ubicado en el primer piso de su local céntrico, Daniela Rapp combina ingredientes, bate, amasa y hornea los platos salados, exquisiteces dulces y toda la panadería que ofrece en Bokado, su pequeño restaurante gourmet. Emplazado en la calle Rolando, detiene a los caminantes invitándolos a deleitar las riquísimas obras de arte que se muestran en la vidriera del local.
La boutique del chef fue su primer emprendimiento, un restaurante cercano a Escobar, en Buenos Aires, el cual montó junto a dos amigos y profesores de la escuela Mausi Sebess, donde aprendió el oficio de las artes culinarias. También es abogada, pero los expedientes y tribunales no son lo suyo: con pasión en sus palabras se declara cocinera. Una mujer con estilo y mucho carácter, que resalta sus gustos alejada de las recetas ajenas. Entre la cocina y la pastelería, escoge la elaboración de mesas buffet dulces, para lo cual tiene su propio equipo de catering, de esta forma complementa a los servicios para eventos que no ofrecen el festín más esperado de la cuestión.

“Soy muy esquemática, busco sorprender a mis clientes en mis combinaciones, amoldando los sabores en presentaciones bien vistosas”, comentó Daniela, y agregó que las texturas son muy importantes en su cocina, “No todo cremoso ni pastoso, frio o caliente, blando o duro. Insisto en jugar más con los crocantes, la creatividad es la mejor manera de sorprender”. La carta de Bokado alista desayunos, almuerzos y meriendas gourmet, con panes caseros, medialunas, galletas, grisines y mucho más. Para los mediodías, tarta caprese, wok de zócalo de arroz cremoso con aderezos asiáticos, variedad de sándwiches y ensaladas con panes de harina de soja, alcaparras, almendras y tomates secos. “También hay comodines”, agrega la cocinera, para los que prefieren sabores bien clásicos. Entre las sugerencias del día se proponen, pastas, pescado, carne y algún plato vegetariano.
La vidriera del restaurante presenta una heladera repleta de bocadillos y elaboraciones dulces, por lo que nadie escapa a sus encantos. De vez en cuando es recomendable endulzar el paladar (sin atracones ni empalagos), esta receta no falla cuando se trata de sus tortas de chocolates en distintas combinaciones, mouse de tres chocolates, amargo, blanco y leche o la clásica mouse de chocolate a la naranja, combinación de frambuesas con chocolate, torta de merengues de cacao, dulce de leche y chocolate blanco, mouse de queso con corazón de frutillas, chocolate con corazón de café o la especial de avellanas con vainillas y crocante de cereales, son solo algunas. Todas exquisiteces que se pueden acompañar con tés, cafés e incluso licores. Entre sus consejos, el exceso de gelatina arruina la pastelería y, entre sus gustos, nunca combinaría frutos rojos con dulce de leche.
Para la primavera del 2011 Daniela Rapp tiene previsto inaugurar un nuevo local, junto a sus padres Ana María Raynoff y Rubén Rapp. El emprendimiento, ubicado en cercanías del Llao Llao, ya se encuentra en construcción y contará con 900 metros cuadrados, los cuales estarán distribuidos para un restaurante, salón de té y bar de tapas y un sector exclusivo para eventos con una capacidad para 300 personas. Daniela mudará su propuesta céntrica a estas instalaciones y continuará con su particular estilo: sorprender en cada Bokado.

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