Parapente: un deporte para todos

#Actividades

Muchas personas en el mundo han soñado con volar, es una ambición humana que data de los tiempos de Leonardo Da Vinci, que observaba a las aves para imitar sus vuelos y luego se animó a construir su propia máquina voladora. Y es que, volar, permite observar las cosas desde un ángulo impensado, nuevo y único.

Esta actividad que día a día más personas se animan a probar surgió entre la década del sesenta y setenta. Aunque existe cierta controversia en si lo inventó David Barish, investigador de la NASA o si este adaptó un primer modelo Domina Jalbert; seguramente ambos le deben mucho a Da Vinci.  El crecimiento a nivel global y técnico deportivo fue en los 90’s. Sin embargo, en Argentina, en Bariloche y la zona es más reciente. La tecnología hizo que los equipos sean más livianos sin sacrificar seguridad. Entonces el parapente se puede combinar con otras actividades como la escalada, el trekking ya que uno puede subir con un parapente que pesa sólo un kilo y medio y después de escalar: volar.

Pero, ¿qué es volar? Federico De La Mano, instructor federado de vuelo libre dice: “volar es una definición muy grande ¿Un helicóptero vuela? ¿Una Piedra vuela? ¿Un planeador? ¿Un ave? ¿Un cohete? El parapente es un planeador. Volar es hacer que un cuerpo de una determinada forma atraviese el aire de una forma predecible, eficiente para que esté la mayor cantidad de tiempo en él.”

Lo que hacen cóndores, parapentes, ala deltas y planeadores es aprovechar las corrientes de aire vertical o ascendente para permanecer o subir. ¿Cuáles son esas corrientes? Las dinámicas y las térmicas.

“Las dinámicas, -explica- Federico, es aire que rebota, pega en ángulo inclinado o en otro objeto, como un acantilado en el mar, o un cerro, hasta puede ser una nube. Y como no lo puede atravesar sube”.

“Y después la mejor, la más usada es la actividad térmica: es cuando el aire se dilata, no por acción directa del sol, sino el sol sobre la superficie y la superficie sobre el aire, porque el aire tiene las moléculas muy separadas, pero sí calienta la ladera del Cerro Otto. Todo el aire que está cerca se empieza a calentar, ese aire se dilata,  se vuelve más liviano que el aire que lo rodea o está más frío, entonces, con un detonante o con energía propia las moléculas se separan como un cubito en el vaso”, resume De La Mano.

Federico hace más de veinte años que es instructor, pertenece a el Club ALAS (Asociación Lagos Andinos del Sur) que es la institución que reúne a más de cien pilotos de la región avalados por la FAVL (Federación Argentina de Vuelo Libre). Y asegura que “no es un deporte ni de locos ni de valientes, es para todos”; pero remarca que ante todo es para pacientes. “Hay que aprender que en esta actividad hay que tener un margen de seguridad muy amplio y la paciencia es clave. Se vuela cuando se puede, no cuando se quiere. Los horarios no son fijos porque se depende cien por ciento de las condiciones climáticas”.

Los tres lugares más reconocidos en Patagonia para hacer vuelos Biplaza o ir a escuela de Parapente:

El Bolsón

Tiene mejor frecuencia de vuelo por cuestiones climáticas y de entorno porque están en llano. Esto genera mejores condiciones para volar.

Cerro Otto

Lugar central en donde se comienza a aprender. Un lugar de despegue de la escuela  y por supuesto, con grandes paisajes.

Cerro Catedral

Desde la altitud se puede ver todo de una manera única, se pueden observar los lagos, las montañas e incluso cascadas y hasta la estepa.

Para probar la experiencia se puede hacer un vuelo en parapente biplaza (un pasajero y un instructor). Al tratarse de vuelos en compañía de un piloto profesional, no se requiere experiencia previa ni condición física especial. Es conveniente contar con ropa cómoda y abrigada.

-¿Cómo es el proceso si alguien quiere aprender a volar sólo en Parapente?

-Primero la Escuela. Al que le gusta volar viene a la escuela, y si no quiere estudiar puede hacer su primer vuelo acompañado con un profe en un biplaza. Contactar a la escuela de Parapente con instructores reconocidos por la Federación y hacer el curso y empezar solo. Arrancás en el suelo, después pendiente suave y después pendiente más altas. Mucha teoría y todo de a poco y ya tenés un curso de iniciación: entender cómo se vuela, cómo se maneja, pero en condiciones tranquilas, planeo para abajo. El objetivo es aprender a: inflar, despegar, un plan de vuelo simple y aterrizar de la mejor manera posible. Después viene seguir practicando y hacer progresión y evolución: que es mejorar y empezar a adaptarse a los movimientos del aire y a las corrientes ascendentes. Ahí viene la licencia de piloto con examen teórico y práctico porque hasta ahí tenés licencia de alumno o de aspirante que hay nivel uno y dos. Eso se tramita en el Club Alas Asociación Lagos Andinos del Sur.

Si quieren vivir una experiencia única en La Patagonia, nada mejor que volar para apreciar estos maravillosos paisajes desde el aire, pero siempre acompañados por un instructor federado, o siendo un alumno con el carnet correspondiente.

Para más información pueden contactar a: delamanof@gmail.com parapente@bariloche.com.ar o llamar al 0294 154 413 715 / 0294 154 413 037

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