Cafayate, su gente y sus vinos :: CAFAYATE | SALTA

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POR ANABELLA ALCUAZ
Graduada en Londres del Diploma en Comercialización y Distribución de Vinos, y Educadora Certificada del WSET -Wine and Spirits Education Trust-, profesora de C.A.V.E.

Para conocer realmente un vino lo mejor es visitar la zona en la que se produce. Cafayate no solo es lindísima. Tiene tanta identidad, presencia, fuerza y poesía, que sus vinos han logrado trascender sus fronteras.

El viento zonda y los colores del otoño nos dieron la bienvenida en los Valles Calchaquíes. Todo estaba acorde con la calidez de la gente y de sus vinos.

Cada vez me convenzo más de que lo mejor para entender los vinos de una región vitivinícola es visitarla, recorrer sus bodegas, dialogar con los hacedores. En esta oportunidad tuve el privilegio de representar al Centro Argentino de Vinos y Espirituosas (CAVE) en un viaje oficial a Cafayate para acompañar a Karen Douglas AIWS, directora de la prestigiosa institución Londinense Wine And Spirits Education Trust (WSET).

Karen Douglas es una persona muy influyente en la arena internacional. Su palabra tiene gran peso y resonancia en relación a vinos y espirituosas y dirige una institución cuyos cursos alcanzan a más de 65.000 alumnos de todos los continentes. Ella es quien supervisa y muchas veces reescribe los materiales de estudio y es por eso que el objetivo del viaje a Cafayate era detectar prácticas vitícolas estandarizadas que se utilicen en la región, así como nuevas tendencias y características de los vinos que fuimos catando durante las visitas a la bodegas.

En estos últimos 5 o 6 años la zona ha crecido exponencialmente. Muchos viticultores que antes vendían sus uvas a las bodegas grandes y tradicionales se han animado a hacer su propio vino y lucir sus etiquetas. También llegaron a la zona capitales extranjeros con mega proyectos increíbles. Asimismo, se está fomentando el turismo vitícola: es una zona muy visitada por turismo local en internacional a la que llegan viajeros estadounidenses y europeos (principalmente franceses).

Y cuando de vino se trata, el clima desértico y árido, junto a suelos pobres, arenosos con algo de arcilla y piedra, imprimen a Cafayate una identidad imposible de emular en otras regiones del mundo. Estos vinos de altura, como suele llamárselos, proceden de viñedos ubicados, aproximadamente, entre los 1300 y los 3600 sobre el nivel del mar. Los cielos diáfanos, con cerca de 365 días de sol, y la marcada diferencia térmica entre el día y la noche (hasta 20ºC) alargan el ciclo vegetativo de las vides, que producen vinos con gran concentración de fruta, color, taninos y madurez fenólica. La viticultura orgánica y biodinámica está facilitada por la falta de humedad. Los viñedos no necesitan protección o curaciones con productos químicos y el enemigo más amenazador son las hormigas.

Cafayate tiene un patrimonio cultural y pasado enológico de muchos años. Encontramos vides de 1830 que todavía están en producción. El denominador común a todos los enólogos que nos mostraron sus vinos es el arduo trabajo que llevan a cabo al elaborarlos en la bodega para completar los cuidados de esa uva que los agrónomos se encargaron de proteger en los viñedos. La gran mayoría de las bodegas asumieron el desafío de lograr vinos con un tenor alcohólico equilibrado, taninos redondos, buena concentración de fruta, y una nota sorprendente: la frescura que los hace tan atractivos al paladar.

Entre las variedades de uva más utilizadas siguen estando por supuesto la Malbec, la Cabernet Sauvignon, y últimamente mucho acento en la Tannat, con excelentes exponentes. También encontramos Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot, Syrah. Varietales o de corte, todos van bien con los corderos y chivitos de la zona. La Torrontés riojana es reina y señora entre las variedades blancas. Es que llegó a estos valles para quedarse y representarnos en el mundo. Se la encuentra con diferentes estilos, pero casi siempre se la conduce en forma de parral para protegerla del sol potente. Cuando está demasiado madura entrega notas de moscato, y un final un poco amargo en el paladar. Hay Torrontés con notas florales, a flor de azahar, frutas cítricas y de carozo. Algunos están vinificados con contacto sobre lías, lo que les aporta un medio de boca con más peso y presencia. Otros hasta tienen un porcentaje criado y/o fermentado en barrica, que los hace muy complejos y equilibrados (perfectos para acompañar las poderosas empanadas salteñas).

Retomando la idea de que para conocer y opinar sobre un vino lo mejor es visitar la zona productora, también me gusta regresar a mis pagos y comprobar si los vinos saben igual de ricos que cuando los caté en su lugar de origen. Y sí, Cafayate tiene tanta identidad y fuerza, que sus vinos trascienden fronteras.

Viví esta experiencia sintiéndome muy afortunada y agradecida con la vida, con mi trabajo y con la gente que me rodea.

Salud.

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