Incendios en la Patagonia

Coihue-ardiendo

FOTO DANIEL WERGZYN

Fuego. El dato, el detalle de un instante que tardará siglos en volver a ser. Llamas. Gritos. Lágrimas. Son los gritos del silencio en el silencio. Nadie parece escuchar. Solo se perciben los gritos, los lamentos y los pedidos de ayuda. Fuego. Ojalá sea la Naturaleza. De otra manera, la secuencia es incomprensible. Durante el verano, distintas zonas de la Patagonia sufrieron los embates furiosos de varios incendios que nos enfrentaron a nuestras carencias y a nuestras pérdidas. El viejo coihue es lo que queda, lo que aún resiste. Las lluvias trajeron alivio. El trabajo de muchos, todos anónimos, fue fundamental para minimizar la tristeza. Sin embargo todavía hay fuego. Y gritos. Alaridos en el silencio. Alaridos esteparios.

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