Calidad, innovación y ecología

POR ANABELLA ALCUAZ

La Bodega De Martino se especializa por fermentar y guardar vinos en tinajas de arcilla, lo que supone el rescate de una antigua tradición. Si bien la producción es aún pequeña, la fama y el prestigio que los dos vinos que se elaboran de esta manera, el Moscatel de Alejandría y el Cinsault, han cruzado los Andes rumbo a las distintas latitudes del mundo. 

Los caminos del vino tienen la magia de conectarnos con muchas personas valiosas e interesantes. Hace unos días tuve la oportunidad de viajar a Santiago de Chile, donde tengo lindos amigos, y aproveché para visitar a Marco, compañero de Diploma y miembro de la cuarta generación de bodegueros de la familia De Martino.

La Bodega De Martino se encuentra a unos cuarenta minutos del centro de la ciudad de Santiago, en el valle del río Maipo. Marco nos esperaba bien temprano y ni bien comenzamos el recorrido, descubrimos la primera sorpresa: una gran sala llena de viejas tinajas (algunas tienen más de 200 años). Su utilización era una práctica común en la época de la colonia para transportar líquidos como chicha, agua o aceite. A mí me parecieron hermosas. Los primeros en usar estas ánforas fueron los romanos. Los inmigrantes españoles sumaron esta tradición a la alfarería de los indios en Chile.

Marco nos cuenta que junto al enólogo de la bodega, Marcelo Retamal, propusieron fermentar y guardar vinos en estas tinajas y se embarcaron en la noble tarea de rescatar la tradición. A pesar de las dudas de su padre, Marco ya lleva tres años rastreando estas bellezas, que necesariamente son muy antiguas, ya que “esa cultura se ha ido perdiendo”, aclara. Y a esta altura De Martino padre ya está más que convencido y satisfecho con los resultados y, como aclara Marco, ahora es él quien las compra con sobrado entusiasmo.

La producción es pequeña y los dos vinos que la bodega elabora de esta forma, el Moscatel de Alejandría y el Cinsault, han tenido una gran repercusión y éxito a nivel nacional e internacional, en mercados como Estados Unidos, Gran Bretaña y Brasil. El Cinsault procede de un viñedo antiguo, de clima frío, ubicado en la zona de Itata, lo que permite que este tinto conserve muy buena acidez. Una vez que se termina la fermentación carbónica, se descuba, el jugo se reintroduce en la tinaja y se recubre con barro para minimizar el contacto con el oxígeno.

Son vinos naturales con muy poco sulfitado. El Movimiento de Vinos Naturales es uno de los temas más controversiales del momento. Con su forma llana y sincera comenta: “Tuve la oportunidad de probar muchos vinos naturales en la Feria de Vinos Naturales que se hizo en Londres el año pasado. Probé vinos muy buenos y muy malos. El problema son los extremistas que creen que el vino tiene que ser natural a toda costa. Yo pienso que, además de ser naturales, tienen que estar bien hechos. El consumidor espera mucho ya que suelen ser más caros que el promedio.”

Al dejar la sala de tinajas pensé que iríamos a ver la zona de vinificación tradicional en tanques de acero inoxidable y finalmente el sector de las barricas. Aquí llegó la segunda gran sorpresa: en la Bodega De Martino hay una enorme sala de Fudres de 2500 y 5000 litros para las líneas más altas. Una familia de artesanos en los Alpes austríacos fabrica estos Fudres desde hace 600 años. Los de la Viña De Martino fueron hechos a medida: 20 centímetros más bajos para que cupieran en el container. Marco enumera sus ventajas: “Los Fudres son eternos. Ofrecen menor contacto del vino con la madera, la micro-oxigenación es más lenta y gradual y no tienen tostado. La madera con que se fabrican procede de los Vosgos, en Francia, y del Mosela en Alemania, con 6 años de secado natural y lento”.

La búsqueda de calidad para la familia De Martino está asociada al coraje de asumir riesgos y por ello han sido pioneros en plantar viñas en altura, creyendo en el potencial de la Cordillera de los Andes. Hace años que sus especialistas estudian los diferentes terroirs de los valles chilenos para cultivar la cepa que mejor se exprese en cada uno de ellos. La línea Legado es el reflejo de este arduo trabajo, con vinos provenientes de los valles más destacados y novedosos de Chile, como Limarí, Choapa y el tradicional Maipo. “Ponemos mucho empeño en trabajar muy bien la viña. La idea es intervenir cada vez menos dentro de la bodega. Esto sólo se logra si la materia prima está en óptimas condiciones”. Recomiendo catar el Syrah de Choapa, el Sauvignon Blanc de Casablanca, el Carmenere, Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec en el Valle del Maipo.

La Línea Vigno reúne una nueva categoría de vinos de apelación del secano interior del Maule. Un concepto que surge del rescate de la letra G de Carignan, insertándola al centro de la palabra “vino”. Su misión es rescatar no sólo el patrimonio enológico que representa, sino también el valioso legado cultural de su gente. La visita culminó con una degustación de más de 20 vinos: una digna muestra de que esta familia embotella calidad y diversidad.

Muchísimas gracias a Marco y su familia por la generosidad de compartir todo lo que hacen y todo lo que saben.

¡Salud!

SUSTENTABILIDAD
· Segundo productor de vino orgánico de Chile.
· Primera viña certificada como carbono neutro en Sudamérica.
· Compromiso por medir su huella hídrica: es la primera viña en el mundo en generar bonos de carbono.
· En 2009 se lanzó el primer vino carbono neutro de Latinoamérica y Viña De Martino se convirtió en la primera viña carbono neutro de América Latina.
· De Martino es miembro del Club del Carignan Vigno, cuyos vinos deben provenir de parras maulinas de más de 30 años de, plantadas en cabeza y en condición de secano. Las bodegas forman una asociación con una imagen común que desarrolla acciones para promocionarse.

INNOVACIÓN
· Búsqueda de nuevos terroir:  viñedos de altura en la Cordillera de los Andes (Choapa y Elqui) y rescate de viejos viñedos del Valle del Maule.
· Producción de vino en antiguas tinajas de arcilla: línea Viejas Tinajas Moscatel de Alejandría y Cinsault.
· De Martino es la única bodega en América Latina en utilizar Fudres austriacos para la guarda y añejamiento de sus vinos Premium.
· La bodega es pionera y especialista en el Carmènere. En 1996, De Martino fue la primera viña chilena en exportar Carmenère. Su viñedo en Isla de Maipo reúne las mejores condiciones para esta variedad, lo que se manifiesta en el Alto de Piedras Carmenère.

Viña De Martino
Manuel Rodríguez 229
Isla de Maipo, Chile
Tel. (56-2) 819 29 59
www.demartino.cl
Vigno Club del Carignan
www.vignadoresdecarignan.com

 

Leave A Reply

Your email address will not be published.